Un OT sevillano de pacotilla, por Javier Romo
15.05.2014 19:12El ayuntamiento sevillano no ceja en su iniciativa de gastar dinero público para la organización de un concurso de canto y música donde sólo una persona es la ganadora. Todo con la pseudo excusa de prometer la impartición de cursos de la materia pero que sólo se trata de las mismas clases imitando al célebre concurso de la tele.
La inciativa tampoco es original en su nombre, Operación Talento. La diferencia es que la conocida versión parte de sector privado y ésta parte del sector público.
Yo no voy a discutir la ilegalidad o no del concurso pero si pretendo discutir, que a mi entender, el Ayuntamiento se vuelve a equivocar en el manido concurso.
Aunque los portavoces del gobierno local quieran, como han hecho en diferentes convocatorias de prensa, demostrar transparencia, esta no existe. Y les voy a decir por qué.
En la primera edición decían que costaría 21.000 y se equivocaron en la cifra porque fueron 23.000 euros. Y a esta cifra hay que añadir la publicidad que pusieeron en uno de los tranvías de la localidad, cuyo coste asciende a 18.000 euros cada mes (12.000 euros cada 14 días).
La segunda edición hecha en 2013 costó unos 25.000 euros y desconozco si hubo o no publiciadad en el tranvía.
La diferencia en esta tercera edición que comienza este sábado es que el ayuntamiento ha conseguido que salga a la luz el presupuesto para este año. Aunque se puede suponer que ascienda a 30.000 euros.
Y además ya no se habla de cursos de canto ni nada. Ya se habla plenamente de un concurso de música y canto.
Lo dicho. No sé si es legal o no pero a mí como contribuyente me parece una tomadura de pelo, de un dinero mal invertido. Porque con ese dinero se podía gestionar un curso entero (de septiembre a Junio y no de mayo a diciembre) para más de lops alumnos particpantes en el concurso.
O como muy mal menor, que permitan el acceso al curso a cualquier persona, ya que todos somos contribuyentes, sin límite de edad y sin tener que pasar un casting.
En fin, en este caso Sevilla tiene un olor especial.
Lo dicho.
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