
Partido de correcalles
13.02.2017 19:48Javier Fajardo / Foro Deportivo Crónica del C. Atlético de Madrid 3 – 2 R. C. Celta de Vigo. No debiera estar permitido que dos equipos recién eliminados de una competición midan sus fuerzas apenas tres-cuatro días después de la catástrofe. Porque eso implica que uno saldrá del pozo y el otro puede hundirse más. Pero la competición no entiende de psicología y allá que se presentaban en el Vicente Calderón, ya oficialmente sede de la final de Copa del Rey (para darle más dramatismo al asunto) dos equipos que estaban llamados a disputar esa final. Unos por darle una despedida por todo lo alto al estadio que ha sido su casa durante 51 años y otros porque se veían superiores a su rival (así quedó atestiguado al ver su celebración por esquivar al Barça y Atlético de Madrid). Se ve que los hay que todavía no aprendieron que no hay que subestimar a ningún rival.
Así y todo, aunque la lógica dictaba que el Atlético había salido mejor parado que el Celta de la eliminación copera, por aquello de las sensaciones, no fue precisamente un masaje para los locales. El Celta planteó un partido abierto, de ida y vuelta, de esos que para el espectador neutral es una delicia y para el que le duele el club, un suplicio. Y a los cinco minutos, el primer bocado: Saca el Celta un córner, despeja Moyá directo a la cabeza de Cabral que solo tiene que dirigir la pelota a la red. Todavía había gente en los vomitorios y ya iban ganando los vigueses.
Mal pintaban las cosas para los del Cholo, pero no tardó mucho en dar réplica: balón de Carrasco para Fernando Torres que recibe el balón botando y se inventa una chilena en estático que sorprende a Sergio Álvarez e incendia el Calderón.
Estaba juguetón "el niño" y no tardó en hacer otra trastada ya que apenas unos minutos después se internó en el área y provocó la entrada de Roncaglia, pero el árbitro no pitó el penalti. Ahora le tocaba el turno al Celta, que a través de Jozabed estrelló un balón en el poste. Carrasco, que tenía ganas de reivindicarse después de su expulsión en el Camp Nou, pisó área, caracoleó y se dejó caer. El árbitro picó: penalti. Y Carrasco agarró la pelota para lanzarlo. Pero Torres tiró de galones y el belga le cedió la responsabilidad. Todo el estadio contenía la respiración, no en vano todos pensaban en ese maleficio que esperaban que su niño pudiese romper de una vez. Pero no hubo manera. Balón al larguero y ya van seis penaltis errados de los últimos nueve lanzados.
Siguió intentando el Atlético ponerse por delante y al minuto tuvo Carrasco una gran ocasión que desbarató Sergio Álvarez con el pie. Y de nuevo Jozabed tuvo otra ocasión pero Moyá estuvo seguro esta vez. Así llegó el descanso con el empate a uno y con la sensación de que la segunda parte sería algo más tranquila.
La segunda parte empezó con la sustitución de Juanfran, lesionado, por Vrsaljko, que hizo un partido correcto, como la defensa en general. No tuvo grandes errores, salvo un par de despistes que coincidieron con la entrada de Wass al campo y que trajeron consecuencias fatales para los intereses rojiblancos. Primero cogieron desprevenidos a los defensas y le llegó el balón a Guidetti, que lanzó el balón incomprensiblemente alto. Pero quiso el Celta repetir jugada: volvieron a coger dormida a la zaga colchonera y volvió a llegarle el balón a Guidetti, que esta vez permitió que la red acariciase el balón. 1 - 2 a falta de doce minutos, Torres en el banquillo, fundido, sustituido por Gameiro y Griezmann desaparecido, como Iago Aspas en el otro bando.
Tampoco estaba Saúl, que había sido sustituido por Correa aunque en principio el cambio era por Carrasco, pero unas molestias del ilicitano trastocaron los planes de Simeone. Así que Yannick se encargó de hacer bueno el cambio de planes con un golazo de volea desde la frontal del área. 2 - 2 y cuatro minutos por delante. Tiempo para creer. Y un minuto después, Correa centra al área, Gameiro cede de cabeza al corazón del área y Griezmann, que no había aparecido en todo el partido, llegó a tiempo para poner la firma a una victoria trabajada, sufrida, quizás inmerecida, pero victoria al fin y al cabo. Todavía quedó tiempo para otra ocasión para cada equipo. Una de Gameiro con todo a favor para poner el 4 - 2 en el electrónico, pero incomprensiblemente estrelló la pelota en el larguero. Y murió el partido con un balón colgado al área del Atlético que despejó la zaga y enterró la ilusión celtiña de empatar al menos.
Mucha alegría en el bando rojiblanco, pero muchos deberes pendientes. Decepción en el celeste, pero muchos motivos para ser optimistas y afrontar la cita europea del jueves con ilusión. Tal y como empezó el partido noventa minutos antes pero con los roles cambiados. Irónico deporte.
Alineaciones:
C. Atlético de Madrid: Moyá; Juanfran (Vrsaljko 46’), Savic, Lucas, Filipe Luis; Gabi, Koke, Saúl (Correa 72’), Carrasco; Griezmann y Torres (Gameiro 76’).
R. C. Celta de Vigo: Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia, Johny; Radoja, Hernández, Jozabed (Wass 64’), Sisto (Bongonda 70’); Aspas (Marcelo Díaz 85’) y Guidetti.
Estadio Vicente Calderón.
Árbitro: Alejandro Hernández Hernández (Colegio Canario). Amonestó a Gabi por parte de los locales y a Guidetti y Johny por parte visitante.
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