Nadal, campeón en Hamburgo

Rafa Nadal se ha proclamado esta tarde campeón del torneo ATP 500 de Hamburgo (Alemania) al derrotar en la final por un doble 7-5 al italiano Fabio Fognini. Es el tercer título del manacorí en lo que va de año, tras los de Buenos Aires (tierra batida) y Sttutgart (Hierba), ambos de categoría 250; y, a su vez es su segundo triunfo en tierras hanseáticas después del logrado en 2008, cuando el torneo era un Masters Series (actuales Masters 1000).

 

Fognini, un tenista que en el último año ha crecido bastante de la mano de Josep Perlas, había sido capaz de ganar este año a Nadal hasta por dos veces en la superficie predilecta del español; y hoy, como no podía ser menos, también le ha puesto en serios apuros a lo largo de dos horas y media de auténtica locura tenística.

 

El estilo artístico del italiano (con variedad de golpes inverosímiles cuando nadie lo espera, y con el carácter más controlado), unido a los nervios iniciales de Nadal, le dio la primera ventaja del partido cuando Rafa cedió su saque en el tercer juego del primer set (1-2), aunque rápidamente éste fue capaz de recuperar la desventaja.

 

Así, hasta que en el undécimo juego Nadal logró el "break" definitivo para apuntarse la primera manga, después de aprovechar su cuarta pelota de set. Las tres anteriores las había defendido perfectamente Fognini con golpes espectaculares; pero a la cuarta un imparable "drive" en parábola del manacorí, muy cerca de la esquina de la pista, puso en el marcador el definitivo 7-5 con el que acabó la primera manga.

 

Calidad y tensión

Y si el set inicial fue competido, el segundo fue de auténtico infarto y de un desarrollo realmente loco y trepidante en todos los sentidos; incluso con una pequeña trifulca entre ambos cuando más caliente estaba.

 

Con ambos jugadores ofreciendo buena parte de lo mejor de su repertorio, una sucesión de "breaks" desde que Nadal se pusiese 3-1 nos llevó a una situación límite, con 4-5 y saque (después de que ni los líneas ni el mismo Nadal viesen a tiempo un revés a dos manos de Fognini que claramente se había marchado fuera) para el tenista de San Remo, que en el correspondiente minidescanso se quejó al juez de silla de la tardanza habitual de Nadal en sacar (como la suya propia), llegando a encararse con el propio manacorí, hasta el punto de dedicarle alguna que otra frase malsonante, en perfecto castellano.

 

Fognini disfrutó de un 40-15 y, por lo tanto, dos bolas para igualar el partido; pero dos grandes golpes de Rafa ("drive" cruzado y revés a dos manos) igualaron el juego; y dos errores propios le quitaron la posibilidad de llegar al tercer set. Porque en el undécimo juego, tras mantener su saque en otro juego no apto para cardíacos, volvió a   

repetirse la historia. 

 

Nadal, con la ayuda de los nervios de Fognini, remontó otro 40-15 para cerrar el set (7-5) y el partido, con un título que, además de 500 puntos en la clasificación de la ATP, le debería dar mucha moral para afrontar, en pista dura (al aire libre y a cubierto), la gira americana y el final de una temporada que, hasta el momento, está siendo la menos brillante de su carrera. Todavía, por supuesto, le esperamos.