Lujos, derechos y obligaciones, por Ramón Buitrago
28.05.2014 09:30Jamás criticaré lo que dictamine una mayoría, jamás me quejaré de que sea yo el equivocado o que haya muchísimas más personas que piensen de distinta manera a la mía. Quizás sea yo el equivocado, quizás no haya sabido entender las propuestas, las opciones, los distintos matices y quizás no llegue a entender las opiniones e ideas de las demás alternativas.
Pero después de este pasado domingo, lo que si voy a hacer es preguntar, preguntar a todo aquel que se queje, preguntar a todo aquel que le escuche un comentario tipo “hemos retrocedido 40 años en derechos de los trabajadores” “estoy harto del bipartidismo” “son los mismos con distinto collar” preguntar a todo aquel que critique el sistema democrático de nuestro país y a todo aquel que critique a políticos y organismos públicos.
Y son dos preguntas las que les hare:
1ª- ¿Has votado?
2ª-¿Has votado a los de siempre?
Por qué si no has votado, sinceramente pienso que no debes quejarte. Al no votar además de beneficiar a los de siempre, demuestras total desinterés, por un sistema, que mejor o peor es el que tenemos y al que no le aportas tu opinión, tu poder de decisión, es decirles hacer lo que queráis que a mí no me interesa.
Si por el contrario, has votado a los de siempre, no debes quejarte, ya que al votar a los de siempre es que para ti la forma actual ( y hay poca diferencia en las políticas de uno y otro) de hacer política de los dos partidos que alternativamente nos van gobernado.
A no ser que, detenidamente hayas valorado todas las alternativas de voto que habían en estas elecciones europeas, hayas ojeado sus propuestas, valorado sus ideas, sopesado sus candidatos y honestamente sin fanatismo no hayas encontrado a ningún merecedor de tu voto.
Somos un país, de quejarnos en el bar, en reuniones, pero una gran mayoría nos olvidamos de quejarnos donde realmente podemos hacer algo. En las urnas es donde nuestras quejas pueden ser efectivas, es donde nuestra opinión, tiene un significado y donde realmente nuestra disconformidad, nuestras ideas, y donde únicamente podemos hacer cambios en nuestra sociedad.
No nos podemos permitir el lujo de no votar, tenemos que opinar, tenemos que decirles que hay otra manera de gobernar, que queremos transparencia, honradez, igualdad para todos, que tienen que prevalecer los derechos de los ciudadanos y que no se pueden pisotear lo que tantos y tantos años y tantas y tantas luchas les costó a nuestros abuelos y a nuestros padres, que somos la primera generación, que vamos a dejar a nuestro hijos con menos derechos y menos bienestar social que tuvieron sus padres.
Y no, no se equivoque, no hablo solo del actual gobierno, hablo también del anterior hablo de los dos partidos políticos que nos han abocado a esta situación y que solo les han preocupado sus amigos, sus negocios, sus empresas, sus compadres los banqueros y que pase lo que pase y le pese a quien le pese que ellos y sus amiguetes no pierdan sus privilegios y sus dineros.
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