Llovía lánguidamente

26.07.2015 14:40

Ramón Buitrago / Crónicas del Pueblo

Oscuridad, silencio, miedo mucho miedo.

Me llora el alma al escuchar tus silencios

Solloza y gime mi corazón al percibir tu distancia.

Oigo las gotas como una a una se clavan en mí, como cada una de ellas erosiona y destroza la roca que creía ser.

Es tarde, demasiado tarde,

¿Cómo decirte ahora que sin ti no soy nada?

¿Cómo decirte ahora que sin ti no puedo vivir?

Solo nos separan unos centímetros y que lejos te siento

Me hieren tus miradas,  me destrozan tus desdenes, y aun así te quiero.

Imaginar un solo día sin ti, me hace desesperar, imaginar una vida sin ti …..Sin ti, simplemente, soy incapaz de imaginar.

Nada soy sin ti, nada puedo ser sin ti, como pez sin agua, como ave sin aire, como persona sin alma….

Solo debes girarte y abrazarme…. besarme…. Hablarme….

O mejor ya lo hago yo….

Porque tienes razón.

No debí dejar un solo día sin decirte Te Quiero.

No debí dejar un solo segundo a tu lado sin una caricia.

Nunca debí permitir que me absorbieran mis pensamientos como para no hablarte, Para no escucharte.

No sé qué pudo pasarme, no sé cómo pude consentirlo

Encontrar el paraíso y aislarme en una roca, sin saber disfrutarlo, sin saber apreciarlo.

Seguía lloviendo, pero las gotas se trasladaron a mi rostro, mi corazón ardía de pena,

Si la tenía a mi lado, pero no fui hombre para valorar lo que mas quería.

 

 

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