Las Palmas pinta la liga de azul y amarillo (UD Las Palmas 5 – 1 Granada CF )

29.08.2016 20:13

Patricia Pérez / Foro Deportivo

Arrancaba la segunda jornada de liga en el Gran Canaria. Más de dieciocho mil almas aguardaban el inicio liguero en casa después del buen sabor de boca que el equipo había dejado en su visita a tierras valencianistas. Quiso Setién formar con el mismo equipo que se había vestido de gala en Mestalla. Y no defraudó. El equipo funcionó como la mejor de las orquestas bajo la batuta de Roque, David García (el capitán se vació en defensa) y Vicente Gómez.

Sin embargo, en la primera parte el equipo amarillo se atascaba. La propuesta de Jémez para presionar arriba y controlar el balón desquició en los primeros compases a los de Setién, que veían como creaban más peligro cuando presionaban arriba, que cuando trataban de combinar. Cierto es que el conjunto nazarí ya, en los primeros minutos de juego, daba muestras de debilidad en defensa.

 Y en esas estaban El Zhar y Macedo, que viendo las carencias del equipo granadino en banda izquierda, donde estaba Gabriel Silva, enviaron los dos primeros avisos. Fue este último, el que en dos despejes muy desafortunados dentro del área, propició un rechace que peleó y ganó Vicente Gómez y que acabó en los pies de Nabil que, de tiro bajo cruzado, bate al portero granadino. Corría el minuto 23 y el Gran Canaria estalló de júbilo con el precioso tanto.

Como era de esperar, el ataque amarillo siguió volcado por la banda izquierda que era por donde se sucedían las oportunidades. Hasta que en el 32´, Jémez que se intuía el desastre, realiza el primer cambio sacando y señalando, sin dedo, a Gabriel Silva. Entró al terreno de juego Gastón Silva aunque no terminó de mejorar el Granada con este cambio.

Al filo de terminar la primera parte y con la UD dominando el encuentro, llegó la relajación.  En una jugada aislada del Granada, Boga recibe un balón entre líneas y sin encontrar oposición por parte de la defensa amarilla engancha un tiro lejano que coge a Varas a contrapié y bate al guardameta amarillo. Buen tanto firmado por el jugador cedido por el Chlesea, que tuvo otra oportunidad que no materializó en la segunda parte.

Agotado el descanso y con las tablas en el marcador comenzó a sonar la mejor de las sinfonías, tras el segundo gol de los amarillos que llegó en el minuto 52. Varas hace un saque en largo desde su portería que llega a Marko Livaja, éste se marcha de Tito y acto seguido deja en evidencia a Lombán para sacarse un centro justo a la cabeza de Boateng (después del gol se marchó lesionado por culpa de un choque previo con Uche), que se elevó por encima de Ochoa ante la asombro de Jonathan Viera, (las imágenes así lo demuestran) y manda de un testarazo impecable e implacable el cuero al fondo de las mallas. Era el 2-1, el delirio en la grada ya era evidente.

A partir de aquí la UD Las Palmas jugó a placer y costa de un Granada que quedó tocado y hundido, carente de ideas que pudieran de alguna manera frenar el vendaval amarillo. Fue entonces cuando Jonathan Viera, desaparecido durante la primera mitad debido a las continuas presiones rivales sobre él, dibujó su mejor cara.

 La primera en un contragolpe dirigido por él mismo, en el que inventa un pase falso a Livaja, que realmente va a parar a las botas de El Zhar, al que ve desmarcado. El francomarroquí  completamente solo, bate de media vaselina por segunda vez  a Ochoa. El 3-1 en lo más alto del marcador, fue el comienzo de la fiesta.

A estas alturas los “Pío, Pío” y los “cómo no te voy a querer” eran los cánticos más coreados por el respetable del Gran Canaria. Había motivos para la euforia, había equipo de sobra para la goleada.

Corría el minuto 73 de partido cuando Nabil, otra vez él, una vez más congratulándose con sus seguidores, en su mejor partido sin duda desde que viste la elástica amarilla, agarra el balón a pase de Viera, llega, penetra en el área hasta que se queda sin campo, deja sentado a Uche y, desde la línea de fondo da a Momo (min. 56, por el lesionado Boateng) el pase de la muerte, que éste manda al fondo de la portería. Era el 4-1 y, el primer gol del grancanario en la máxima categoría.

El último gol del partido, llegó de las botas de Sergio Araujo, a pase del matador Jonathan Viera. El argentino que había sustituido a Marko Livaja en el min. 72, recibió el balón del mediapunta y, en dos tiempos,  batió a Ochoa.

El éxtasis ya era total, no había nada ni nadie que contuviera a los seguidores amarillos en sus asientos. El estadio de Gran Canaria y toda la isla se convirtió en una fiesta y no sólo por los números, que en esta segunda jornada son de vértigo para la entidad. Sino porque devuelven la ilusión a la hinchada, a una afición harta de transitar y sufrir durante muchos años por las diferentes categorías de nuestro fútbol.  Setién,  y este equipo que ha trabajado y  se ha creado a sí mismo, han devuelto la alegría y las sonrisas a todos los seguidores de este equipo.

El mismo Quique aseguraba en rueda de prensa que, “no hemos hecho nada“, y que, “no debemos caer en euforias”, ya que, califica de manera muy sabia, todo lo ocurrido en estas dos jornadas como algo “anecdótico”. Y sí, tiene razón pero, tampoco me negará el Sr. Setién, que todas las grandes historias están llenas de múltiples anécdotas. Por el momento, y durante casi dos semanas dormiremos líderes de la primera división, debido  al parón internacional. Hasta ese entonces me permitiré soñar, porque es gratis y porque estoy en disposición de poder hacerlo.

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