Las dos caras del Madrid

07.03.2016 00:06

Manuel P. Abascal / Foro Deportivo

REAL MADRID 7- RC CELTA DE VIGO 1

A grandes penurias ligueras, grandes goleadas. Algo de esto debió pensar el aficionado madridista saliendo del Bernabéu tras asistir a un ejercicio de pegada en tan solo cuarenta y cinco minutos tan impresionante como poco usual, desde luego muy pocos equipos en el mundo pueden presumir de dicha capacidad goleadora con un protagonista por encima de todos: Cristiano Ronaldo.

Pero antes de que Cristiano sacara su fusil e hiciera pagar la indolencia celtiña, el Madrid hizo gala de su ya característica metamorfosis. Antes de convertirse en mariposa vagó cual gusano con una pereza y falta de intensidad casi insultante. Todo muy predecible, todo inalterable, el equipo se mostraba perezoso, los jugadores recibían de espaldas a portería y al pie, nadie era capaz de tirar un desmarque o buscar espacios, nadie salvo la sensación de las últimas semanas: Lucas Vázquez. El canterano lo intentaba, buscaba y ayudaba en tareas defensivas, hizo de nuevo gala de lo que dijo Zidane en la previa: “los canteranos están ahí cuando se les necesita y hacen lo que se les pide;  juegan, escuchan y callan”. Y Lucas es el máximo exponente de esta nueva horda de jóvenes talentosos, la otra apuesta del francés que también fue de la partida fue Borja Mayoral, que cuenta con el beneplácito y confianza del galo. Mayoral aprovechó como en el “Ciutat de Valencia” la oportunidad dada y todo lo que pasó por sus botas tuvo mucho sentido y alteraba la rutinaria primera mitad madridista. Las bajas de Modric , Kroos y Marcelo eran una montaña difícil de superar por el conjunto merengue. Hablar de un Madrid sin su motor y sin el jugador más imaginativo es difícil de imaginar y tan sólo el buen hacer de Lucas, Casemiro, Mayoral y los arranques de rabia de Cristiano conformaban el escaso bagaje ofensivo del Madrid en la primera parte. Kovacic andaba perdido e Isco desconectado del juego, aún con esas, el malacitano lejos de su mejor versión, en la actualidad es más que James.

El Celta por su parte, seguía el plan establecido por el Toto Berizzo, un equipo con todas las letras que te presiona en la salida del balón y tiene un repliegue medio tremendamente efectivo que no se alteró en ningún momento porque entre otras cosas con la indolencia madridista no se veía exigido, facilitando así su trabajo defensivo. Pero lo que realmente distingue al Celta de Berizzo es su capacidad ofensiva cuando tiene la posesión del balón. Un equipo con jugadores tan dinámicos como Aspas, Orellana y Nolito pueden causar estragos en cualquier defensa contraria y  aunque ayer no estuvieron especialmente incisivos si mostraron sensación de que cualquier cosa podía suceder cuando tenían la pelota en sus pies. Pero como todos los equipos que muestran gusto futbolístico también descubren algún defecto, y el punto débil del Celta es sin duda el juego aéreo, el equipo vigués sufre a balón parado y es precisamente a raíz de un corner sacado por Isco y cabeceado implacablemente por Pepe, que hasta el momento se había mostrado impreciso y nervioso,  fuese quién adelantara al Madrid antes del descanso  mitigando de esta forma, el “run run” del Bernabéu.

Pero si la primera mitad el Madrid  había mostrado su versión más gris. La salida del equipo en su segunda mitad fue totalmente diferente, como si se tratase de Jekyll y Hyde y con una “Zinedina” de por medio, el Madrid salió como una manada de lobos ganado todos los balones divididos, con mayor intensidad, vigor y velocidad en las transiciones ofensivas. Casemiro se activó en la presión y junto a Kovacic se adueñaron del centro del campo y conectaban con facilidad con Isco, Lucas, Mayoral y Cristiano, sobretodo y por encima de todos; Cristiano que tras ser silbado por su público  tiro de repertorio y se mostró como lo que es: EL MEJOR GOLEADOR EN LA HISTORIA DEL FÚTBOL. ¿Silbar a tu jugador franquicia, a tu mejor hombre, aquel que muestra siempre un gran nivel?, NUNCA. Es tan inexplicable como injusto, sobretodo porque a continuación te encuentras con una respuesta  contundente que te deja sin argumentos deportivos. Aquel que ha sido capaza de arrebatar tres balones de oro al mejor jugador en la actualidad, no merece este trato. Aquel que ha sido capaz de alcanzar la cifra goleadora de Telmo Zarra con 62 partidos menos que un tal Leo, merece otro trato. El Bernabéu en esta ocasión se equivoca en su juicio.

“El bicho” tiró de repertorio y marcó de todos los colores: de potente disparo, de libre directo, de cabezazo inapelable y de oportunista de área. Mal día para dejar de fumar debió pensar el celtismo. En mitad de la orgia goleadora, el Celta hizo acto de presencia en forma de obra de arte firmada por Iago Aspas y Jesé mostró su talento con un slalom de izquierda a derecha finalizado con un derechazo pegado al palo. El Madrid firmó un partido de contrastes, mostrando su bipolaridad en el juego bastándole  cuarenta y cinco minutos de ensueño para desarbolar y borrar del mapa a un Celta que se había sentido cómodo hasta el momento. Pero Europa se acerca, el Madrid lo sabe y Cristiano lo huele.

(IMAGEN: INSTAGRAM DE C. RONALDO)

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