La 'choquera' que ha puesto el mundo a sus pies

17.08.2015 12:40

Víctor Díaz / Foro Deportivo

Puedo afirmar sin mucho temor a equivocarme que, hasta hace un año, más o menos el 85% de los españoles consideraba el bádminton como aquel juego extravagante que practicaba la realeza, la nobleza y la aristocracia inglesa en el siglo XIX, en el que dos jugadores se esforzaban por golpear una especie de pelota con plumas. Y, del resto, aproximadamente el 10% -entre los cuales me incluyo- sabía que era un deporte olímpico, exportado por Asia –comenzó a practicarse en la India- y en el que dominaban casi exclusivamente los jugadores asiáticos… pero poco más.

No obstante, desde hace un año todo esto está empezando a cambiar. Ahora hay en España un porcentaje cada vez más creciente que sabe que la “pelota con plumas” realmente se llama volante –y suele ser de corcho y plumas de ganso-; que es un deporte que te puede gustar más o menos pero que es intenso y vivaz; y que, mezclando ciertos fundamentos del tenis y del voleibol –a vuela pluma-, se juega al mejor de tres sets a 21 puntos, con unos 90 minutos de duración como media en los partidos largos, llegando a levantar entre los espectadores pasiones similares a las de cualquier partido de fútbol de la máxima.

Todo ello, y lo que sigamos aprendiendo de aquí en adelante, gracias a una joven “choquera” –término con el que popularmente se conoce a la gente de Huelva- que ha revolucionado el bádminton haciendo historia no sólo a nivel nacional, sino también internacional.

Dominadora mundial

Carolina Marín ya se había unido en 2014 a los Federico Martín Bahamontes, Manolo Santana, Ángel Nieto, Paquito Fernández Ochoa, Severiano Ballesteros, Arantxa Sánchez Vicario, Carlos Sainz o Fernando Alonso como pionera de su deporte a la hora de lograr éxitos para España, después de ganar tanto el Campeonato de Europa como el Mundial; pero ahora la onubense, a sus 22 años, ha dado un paso más constituyéndose como la gran dominadora actual del bádminton a nivel planetario desplazando definitivamente a las chinas, coreanas, indonesias e hindúes.

Carolina, con su victoria en dos sets (21-16 y 21-19) sobre la hindú Saina Nehwal en Yakarta –capital de Indonesia-, se convirtió ayer en la primera jugadora no asiática en ser dos veces campeona del mundo, consecutivas para más inri. Además, sus triunfos en tres torneos de la máxima categoría como el All England de Birmingham –el torneo más antiguo y prestigioso del mundo, considerado el “Wimbledon” del bádminton-, el Abierto de Malasia y el de Australia la han aupado al número uno del ránking mundial, lo que una jugadora europea no lograba desde 2010.

Y eso que no llegaba a Yakarta en su mejor momento, por mor de una lesión que le mantuvo dos meses sin competir y de un golpe en el talón sufrido en su primer partido del campeonato. Pero eso le dio igual. La casta le llevó a remontar cinco puntos (8-13) en el set decisivo durante las semifinales ante la coreana Sung Ji-Hyung, y seis (6-12) en el segundo set de la final frente a Nehwal.

Porque es eso mismo, la casta y la calidad en su juego lo que la está convirtiendo en un ídolo no ya sólo a nivel nacional, sino también en Asia; sobre todo en el principal país referencial de este deporte, Indonesia. Era emocionante ver cómo Carolina no sólo recibía el apoyo de sus paisanos presentes en el pabellón, sino también del público local, que no cesaba de apoyarla en momento alguno.

Ahora, tras hacerse con su segundo oro mundialista –en lo del himno no me voy a meter porque no procede, pero ya llueve bastante sobre mojado-, Carolina se dispone a disfrutar de unos merecidísimos días de vacaciones en las playas de su Huelva natal. Todo ello con miras hacia el gran objetivo del próximo año: los Juegos Olímpicos. 

En Río de Janeiro puede pasar de todo: desde conseguir la “triple corona” –o, por lo menos, una medalla- hasta que sufra la “maldición olímpica” que, por varias razones, suele afectar a algunos deportistas españoles que llegan como dominadores de sus respectivos deportes. Hay que prepararlos, y hay que llegar hasta allí… aunque ahora dejémonos de mirar al futuro y disfrutemos de este nuevo éxito de una “choquera” que, a raquetazos y “volantazos”, ha puesto sin duda alguna el mundo a sus pies.

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