Jaume evita otra debacle (1-1)

Enrique Piñana / Foro Deportivo

EIBAR 1-VALENCIA 1

Otros dos puntos se dejó el Valencia CF en tierras vascas en un encuentro que pudo haber terminado peor para los chés de no ser por las magistrales intervenciones de Jaume, a menudo el mejor jugador del equipo. Los de Mendilíbar salieron a comerse al rival, y lo lograron. Su orden a la hora de presionar y las pocas luces de los jugadores valencianistas facilitaron la recuperación del esférico a los armeros. Neville se estrenó en liga con un partido nefasto por parte de los suyos, que tan sólo dispararon a puerta una vez en todo el partido.

El Eibar demostró que sabe jugar en su campo, apretando en la salida del balón y poblando la medular para no dejar maniobrar a los centrocampistas valencianistas. La banda izquierda blanquinegra, formada por Orban y De Paul, fue incapaz de contener las arremetidas de Keko y Capa, que encontraron cada vez que quisieron una vía fácil para crear ocasiones de gol. De un centro llegó una de las paradas del año. Jaume sacó un remate a bocajarro de Enrich, que remató sin oposición ante la mirada impasible de ambos centrales. Mustafi trató de arreglar los desaguisados tanto de Abdennour como de Barragán, pero no siempre fue capaz de llegar a todo. Tanto el central argelino como el lateral demostraron que no están en un buen momento, y se vieron superados en varias ocasiones por sus pares.

El Valencia CF continuó estando a merced del conjunto armero durante buena parte de la primera mitad, siendo incapaz de sacar el balón jugado, y lanzando balones a un solitario Alcácer que estuvo bien custodiado por Mauro y Ramis.

Al filo del descanso llegó el tanto local, tras otra jugada de Keko por banda derecha en la que Orban estuvo poco expeditivo. Enrich mandó el balón al fondo de la red en el 45’ tras adelantarse a dos jugadores chés y puso el 1-0 para mandar a los de Neville hundidos al vestuario.

El técnico inglés dio entrada a Piatti por un De Paul que estuvo más pendiente de discutir con el colegiado que de jugar. La búsqueda de profundidad, con dos jugadores veloces como Cancelo y Piatti en bandas, ayudó a desahogar el centro del campo, pero no supuso un aumento en las ocasiones.

Trataba de despertar y meterse en el partido el Valencia CF cuando llegó la jugada más polémica del partido. Una vez más, el colegiado del encuentro quiso dejar huella señalando un penalti inexistente por una supuesta falta de Orban sobre Dani García. Para colmo, González González le mostró la roja directa al lateral argentino. Pero cuando tienes a alguien como Jaume bajo palos, no todo está perdido. ‘El gato de Almenara’ le detuvo la pena máxima a Berjón, manteniendo con vida a los de Neville.

Los cambios valencianistas no le cambiaron la cara al equipo, que siguió sin llevar peligro a la meta de Riesgo. Sin embargo, en una jugada con algo de fortuna, llegaría el tanto del empate. André Gomes peleó por un balón que le filtró Negredo dentro del área, y tras tocar en las botas de un central, salió despedido hacia la portería eibarresa, lejos del guardameta.

Sin apenas generar ocasiones el Valencia CF logró igualar el encuentro y a punto estuvo de llevárselo en una jugada en la que Alcácer se marchaba sólo hacia la portería armera cuando Ramis le derribó, mostrándole el colegiado la roja directa. Con el saque de falta murió el partido y ambos conjuntos se marcharon a los vestuarios cabizbajos, pero por motivos bien distintos.

No carbura el conjunto de Neville. La juventud de la plantilla hace que pierdan la cabeza algunos jugadores, entrando en piques innecesarios con rivales que les llevan a su terreno. La sala de máquinas es incapaz de generar juego, y la defensa, muy a nuestro pesar, está notando la falta de un jugador que nos dio mucho la temporada pasada.

Poco tiempo hay para hacer ajustes, ya que el ritmo de partidos es vertiginoso, pero no se puede seguir con esta dinámica. El Valencia CF ha pasado de ser un rival temible, a ser uno contra el que todos quieren jugar, un hecho inaceptable. Los puestos de Liga de Campeones están cada vez más lejos y nadie nos va a esperar. Hay que reaccionar ya.