Interpretación Bobina Roja

21.02.2016 14:29

Borja Navarro / Crónicas del Pueblo

A pesar de haber dicho anteriormente que prefiero dejar rienda suelta a la imaginación del lector, sin desglosarle lo que realmente está detrás de cada verso, considero que parte de que le pueda enganchar alguna de mis piezas es que comparta el significado que se esconde en algunos de los símbolos, imágenes y metáforas empleadas, que plasman lo que sentía en ese momento. Por ello, daré unas pautas de interpretación que quizá puedan funcionar de puente entre las palabras y la mente de quien las lee.

Té soltaba. En la niebla,

el humo de tu cigarro.

Desdeñando al sol

ramificado en la cortina

viajaba (desnudo primaveral)

el cuerpo invernal.

La hoguera de tu alma

vestida de ausencia

(espinaba mi cama)

decía:

"aquí estoy".

 

Incontrolable locura.

 

Líneas de interpretación

En primer lugar, si tuviera que encorsetar el poema en un tema, diría que se basa en la batalla de nuestra imaginación contra la realidad.  Nuestra imaginación a veces nos traiciona y, una vez abiertos los ojos, caemos en la cuenta de que todo ha estado en nuestra mente, de que ella era un mero reflejo de lo que realmente quería ver y no podía.

Así, el poema comienza con la niebla, que impide ver con claridad y hace que la soledad invada mi interior. De hecho, si nos paramos a pensar por unos instantes en “Té”   o “humo de tu cigarro”,  podemos imaginar una mañana llena de tristeza, es decir, una mañana de despedida.

En los siguientes versos, se hace referencia a la realidad, a cómo el cuerpo se aleja de su lado. Este cuerpo va desnudo de primavera, no es alegre, sino que es un cuerpo invernal, frío y apagado.  “Desdeñando al sol”, sin darle importancia a la vida. “Ramificado en la cortina”,  como una ventana a través de la que se dice un inestable “adiós”, al son de la mano moviendo la cortina para observar lo que hay al otro lado

Por último, se alude a la imaginación. Al haberse ido el cuerpo, queda el alma, y aunque parezca que está con él, no es así. Por ello, el dolor se apodera del cuerpo, liberando “una incontrolable locura”.

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