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Gareth is the man.
02.05.2016 17:23Real Sociedad 0 – Real Madrid C.F. 1
Manuel Pérez Abascal / Foro deportivo
El Madrid sigue vivo, por lo menos eso dicen las matemáticas y el incuestionable amor propio que está demostrando desde que se ha vuelto a reenganchar ha esta competición de la que se sabía denostado. Y lo ha hecho contando con casi toda la plantilla, su obcecación natural en la copa de Europa ha obligado a Zidane a contar con todo el plantel y entrar en rotaciones.
Ayer, sin Benzema ni Cristiano Ronaldo entre algodones mirando al próximo miércoles, Kroos en Madrid y Marcelo, Carvajal, Pepe en el banco, optó por la segunda unidad. Es decir, con Nacho, Varane, James, Lucas Vázquez y Borja Mayoral en el once y con Gareth Bale como estilete, hombre llamado a ser el próximo referente del madridismo en un futuro no muy lejano.
En frente, una Real con los deberes ya hechos y con el ánimo de dar una última alegría a su afición, con Oyarzabal en punta y un viejo conocido del madridismo en el manejo del centro del campo: Asier Illarramendi.
El Madrid salió a cogerle el pulso al partido desde el principio, más enchufado buscó el área rival con un James protagonista impulsado desde la derecha pero abandonando una situación del campo donde su fútbol pierde enteros buscando la alternancia donde el contacto con el balón justifique su tremendo talento desaparecido esta temporada, de una manera casi inexplicable. Modric o el caso inversamente proporcional al colombiano, no faltó a su cita con el buen juego y con el liderazgo al que el pequeño genio croata nos tiene acostumbrados. El Madrid es lo que quiera ser Modric ese día, si su figura emerge, lo hace el equipo, sin embargo si su sombra en el campo se desvanece, el Real Madrid pierde toda su esencia. Otro jugador que cumplió y con creces, como siempre que se cuenta con él, fue Nacho Fernández que esta vez desde el lateral izquierdo aportó en defensa y subió con inteligencia creando incluso un uno para uno que desbarató Gerónimo Rulli, muy acertado toda la tarde salvando dos goles cantados, el mencionado en la primera parte a Nacho y especialmente uno a bocajarro a Bale en la segunda parte. Con todo y eso, el equipo de Zidane llevaba el peso del partido frente a una Real que esperaba atrás. La posesión del balón era del equipo blanco y las aproximaciones también, pero el juego se desvanecía en el toque y pasaba a ser un juego más directo donde Mayoral pasaba desapercibido, un juego más espeso y sin dueño alguno que favorecía los intereses de la Real, y así sucedió durante aproximadamente una hora de encuentro, tiempo más que suficiente para saber que por ese camino al Madrid se le escapaba la Liga.
Pero esa idea no pasaba por la cabeza de Bale, un Bale colosal. En un año en el que su progresión se ha visto truncada por las lesiones, el expreso de Cardiff ha encontrado su punto óptimo en el momento donde se deciden los títulos, y ante la ausencia del jugador franquicia del club, a recogido los galones dispuesto a tirar del carro con un remate colosal, uno más de los que ha ofrecido esta temporada (el 47% de los 19 goles en liga han sido con la cabeza). Esta vez decidió el encuentro rematando un centro por la derecha de Lucas Vázquez, otro de los que su presencia ya es más que justificado por lo que aporta en juego e intensidad. Un Gareth Bale que busca con ahínco una gran noche europea que le encumbre como lo que es, mientras tanto, el sigue creyendo en esta Liga.
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