Feliz Navidad, 2016

17.12.2016 20:53

Alberto Gil / Crónicas del Pueblo

Esta nueva Navidad, mis palabras quieren volver a ser imágenes que agraden a tus ojos. Son un frondoso acebo del que cuelgan misteriosas cajas con sus lazos de regalo, humilde Nacimiento en el que todos caben, cercano paisaje nevado de blancura viajera.

Son aromas que huelen  a rosas y jazmines, a muérdago y lavanda, a mar de atardeceres.

Son sonidos con melodías de voz cálida, tu voz, campanitas y castañuelas.

Son sabores que saben a dulce turrón, vino añejo  y refrescante azahar.

Son caricias que transmiten afectos y calor con manos que iluminan.

Son abrazos que no saben de tiempo ni de prejuicios pero que comprenden y alientan.

Mis palabras, este año, vienen con sedosos vestidos a rayas amarillas, azules y rojas; delicada diadema de sueños; y cómodos zapatos de charol para bailar en la pista de la brisa y la estrella, quién sabe si contigo o con el bastón blanco que me guía.

Mis palabras surgen de un tozudo manantial del que, pese a todo, continúa brotando ilusión y magia: ilusión que se alimenta de tu siempre añorada  compañía y magia que aparece de la varita portada por el duende que habita en mi corazón.

Mis palabras no quieren ser mudos gritos desesperados ni silenciosas súplicas amordazadas, gritos y súplicas de mendigo solitario; quieren ser sonrisa, aliento y testimonio.

Mis palabras buscan ser espejos que reflejen la belleza de tu mirada clara y tu sonrisa de marfil. 

Mis palabras, en fin, son pinceladas de colores suaves pero intensos en significados, están dibujadas con alma de escritor, de incansable luchador y de arqueólogo curioso.

¡Feliz Navidad! ¡Feliz 2017! ¡Felicidades a ti, amig@ mí@! ¡Felicidades a ti y a los tuyos!

¡¡Siempre adelante!!

¡Solo quien cree en que los sueños pueden cumplirse está realmente vivo! Y uno de mis sueños es seguir contando con tu complicidad y con tu luz, estar a tu altura y ser más, llegar más, emocionar más porque lo mejor es no olvidar que se puede ser feliz enseñando a sentir y compartiendo lo que uno es.

Sé muy poco, puedo muy poco, soy muy poco… a veces creo que nada, pero lo que sé, lo que puedo y lo que soy lo echo en el tapete de la Vida para jugar con la Muerte mi diaria partida provocándola para que, también ella, sonría e imagine que, por muy poderosa que ella sea, la Vida es tan hermosa que merece su respeto. Calor en el alma, luz en el corazón y fuerza para crecer.

 ¡Para ti! ¡Por ti! ¡Contigo! Nunca te rindas, haz de tus días un vergel de oportunidades y de tus noches un horizonte de sensaciones.

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