El flaco es inmortal

25.03.2016 21:14

Manuel . Abascal / Foro Deportivo

Di Stefano, Pelé, Maradona,…..Johan Cruyff. Ninguno de estos nombres parece que  signifiquen lo mismo si no van unidos a los otros. Todos estos ídolos del fútbol y del deporte se caracterizaron por dejar improntas diferentes. Di Stefano fue considerado el primer jugador total y un líder genuino. Pelé fue un adelantado a su época, todo potencia, jugador completísimo. La pierna izquierda de Maradona es incomparable, como incomparable fue la impronta que dejó en Nápoles haciendo campeón a un humilde del Calcio durante dos años consecutivos, un Dios en la tierra en el sur de Italia y en su país natal,…..mientras que de el gran Johan Cruyff siempre será recordado por su velocidad y dribling en carrera, por su capacidad de liderazgo, por conducir a Holanda a la excelencia futbolística curiosamente sin conseguir  con ella ningún título, pocas veces un equipo adquirió un apelativo tan contundente sin ir acompañado de algún campeonato que lo refrendara. Pero la Holanda de Cruyff del ´74  y su fútbol total cambiaron el concepto futbolístico que había hasta la fecha, su impronta y la manera de entender el deporte rey fueron el mejor legado de su máxima estrella, tanto para la naranja mecánica como para todos aquellos clubes a los que perteneció el mejor jugador holandés de la historia: Johan Cruyff.

Pero si decimos, que no consiguió con la “oranje” el título que encumbrara su legado futbolístico, el mítico “14” si alcanzó la cima continental; con el Ajax de Amsterdam. Debutó a las órdenes de otro viejo conocido de la afición culé: Rinus Michels en 1964. Condujo al Ajax a su máximo esplendor llevándole a ser referente por estilo de juego y éxitos europeos. Con la camiseta “ajacied” consiguió tres copas de Europa, una intercontinental y una supercopa europea. Completando su ciclo en Amsterdam y tras diez años, ficha por el F.C. Barcelona que por entonces mantenía una larga travesía por el desierto y le devuelve al primer plano del panorama futbolístico nacional, con él en sus filas, el Barcelona conquista la liga tras catorce años de sequía, por entonces “el flaco” como se le apodaba, se había convertido en todo un ídolo en “camp Barça”.

Si antes habíamos asociado la grandeza de las leyendas anteriormente citadas por su herencia como jugador, el legado del “tulipán de oro” fue más allá como técnico. La seña de identidad que dotó Johan a todos los equipos que entrenó fue considerada como el mayor patrimonio futbolístico de finales del siglo XX. No le fue fácil, se le tomó como un iluso, eran años difíciles donde la ola defensiva marcaba la tendencia en el fútbol europeo. Por entonces no se hablaba de mediocentro, ni de extremos cambiados de banda, se hablaba de líberos, centrales reconvertidos en centrocampistas. Pero el holandés triunfó de la misma manera que lo había hecho como jugador, apoyándose en su arrolladora personalidad, su innegociable carácter y su  capacidad de liderazgo. Nunca el fútbol había asistido a dos carreras de tanto impacto profesional en la misma persona.

  Hablar de los equipos de Cruyff, es hablar de ser el dueño del balón, la frase acuñada por su mayor valedor, Pep Guardiola de: si tienes el balón es el primer paso para poder atacar y no ser atacado, fue desarrollada en todo su concepto por el propio Cruyff. Tener la posesión significa ganar atacando y hacer disfrutar del espectáculo. Su sistema 3-4-3 marcó un antes y un después en la suerte de este deporte y su impronta sigue viva en los años más exitosos de la historia del F.C Barcelona.

Sus métodos han creado escuela desde 1988 hasta 1996 y aún siguen siendo un dogma de fe en la cantera blaugrana y su forma de entender este deporte, desde el portero hasta el jugador más adelantado, todos involucrados en la participación del juego, haciendo la suma de las individualidades la fuerza del colectivo. Y dejando la herencia del “4”, la posición de mediocentro como epicentro del todo, la figura del entrenador en el terreno de juego, su extensión en el campo. Desde Milla, Guardiola, Amor, hasta llegar a Busquets y por qué no decirlo, a Sergi Roberto. Cambió la tendencia del juego y regaló un estilo y con él, alcanzó algo tabú hasta entonces en Barcelona: La Copa de Europa.

Su influencia en el juego no sólo quedó en la ciudad condal, la selección española se benefició del estilo Cruyff y sustituyó la mítica furia por el fino estilismo. Su alargada sombra se adivinó más que nunca en la Eurocopa de Austria. Veinte años después de su llegada al Barça para dirigir a un equipo que estaba en estado de ruina, terminó con años y años de debate nacional. No es exagerado decir, opinar que el fútbol español le debe mucho a Johan Cruyff, su estilo implantado en el Barça y por extensión a la selección española fue abrazada por jugadores y aficionados, se ha creado una impronta que a partir de dicha Eurocopa, España defenderá a muerte. La España de los bajitos, la España de Luis Aragonés, Vicente Del Bosque y por extensión del flaco.

Pero el hecho de conducir el estilo hacia el toque marcó una clara línea de separación entre la habilidad futbolística y la fuerza física, fue Cruyff quién dijo a relación de esta diferencia: “Chocas cuando no tienes técnica. Entonces  tienes que buscar alguna ventaja: la fuerza. Pero si tienes técnica evitas el choque. La técnica te sirve como aliado defensivo y ofensivo. Te permite mover el balón con velocidad, a los sitios adecuados, generalmente hacia delante. Te garantiza la posesión y la manera de utilizar dicha posesión. Frente a eso, la fuerza no es suficiente”.

Hendrik Johannes Cruijff, para todos conocido como Johan Cruyff, nos dejó ayer a la  edad de 68 años, no es importante saber cómo murió y si fundamental saber cómo vivió. Su impronta, el legado, su maravilloso concepto del fútbol total es ahora seña de identidad de nuestro fútbol, por ello y por muchas cosas más, el flaco es inmortal.

—————

Volver