El Betis se rearma en El Madrigal (0-0)

16.01.2016 23:11

Víctor Díaz / Foro Deportivo

VILLARREAL 0-BETIS 0

Varias semanas más tarde el Betis ha vuelto a ser un equipo, con todas las letras; y lo ha vuelto a ser en una de las canchas más difíciles de toda España, y frente a un adversario que había ganado los últimos seis compromisos en la liga.

En el debut de Juan Merino como entrenador en Primera División el equipo verdiblanco –hoy de azul- ha mostrado de nuevo las características que, bien por culpa del técnico o de la actitud de algunos jugadores, había perdido por completo en los últimos partidos con Pepe Mel, a excepción del derbi liguero. Solidaridad, concentración, orden… en definitiva, seriedad, faltando sólo la efectividad arriba que, por desgracia, sigue sin recuperar Rubén Castro. Pero así, con Merino, con Juande Ramos o con quien sea, el Betis no debería tener problemas para atar la permanencia.

El técnico linense, histórico del Betis donde los haya, sorprendió primero en la previa dejando en casa a Dani Ceballos –el chaval deberá tomarse la profesión un poquito más en serio si de verdad quiere ser alguien en esto-, y luego en el once inicial dando entrada tanto al otrora desahuciado Kadir como al chaval Fabián, casi inédito esta temporada por problemas físicos; y ambos fueron una agradable sensación: el argelino creando por la banda derecha todo el peligro que no se le vio la pasada campaña en Segunda, y el canterano aportando criterio en la media punta.

Además, la sobriedad de Petros y N’Diaye en el doble pivote hizo más llevadera la labor de los centrales, en especial de un Pezzella perdido por completo en anteriores comparecencias y que hoy, junto a Bruno, ha dado un excelente nivel. De hecho Adán casi ni ha debido intervenir en toda la noche.

Y eso que el Betis comenzó el partido haciendo buena la tradición de la mayor parte de los encuentros de la presente campaña: concediendo una clara ocasión al rival por un flagrante fallo de concentración. A los dos minutos Soldado se plantó ante Adán, pero su toque raso acabó en el poste; una muestra de que esta noche la suerte podía cambiar, como así fue.

El ex del Madrid, Osasuna, Getafe, Valencia y Tottenham y su compañero en el ataque amarillo, el enrachado Bakambu, solamente gozaron de una ocasión más por cabeza en todo el partido, ambas en la primera parte: un disparo del francés en excelente posición que se marchó fuera; y un centro-chut del valenciano, a punto de llegarse al descanso, que tuvo que desviar Adán en su gran y casi única parada de toda la noche. Ni ellos ni los Denis Suárez, Bruno o Jonathan Dos Santos han destacado hoy, simplemente porque el Betis no se lo ha permitido.

Pero los visitantes no sólo se dedicaron a defender, en absoluto: también tuvieron sus opciones, en especial un mano a mano, mediado el primer tiempo, de Rubén Castro frente a Areola tras un importante error de la defensa local. La definición no era fácil, puesto que el goleador bético estaba escorado y en su lado natural, el derecho –es decir, con mucho menos ángulo de disparo-, pero un Rubén en vena de aciertos hubiese alojado el balón en las mallas, indudablemente. Y el joven portero francés también debió desactivar, minutos más tarde, un peligroso disparo de Fabián, también desde la derecha del área después de una jugada en la que la pelota llegó a ir de lado a lado.

No se bajó el nivel

El segundo tiempo nos mostró más de lo mismo: un Villarreal con la iniciativa del juego pero un Betis magníficamente posicionado y que no descuidaba el asalto a la meta rival. Los relevos –ingresaron Jorge Molina y Portillo en el Betis, además de Molinero por el lesionado Piccini en los minutos finales; y también Baptistao y Samu Castillejo en el Villarreal- nada cambiaron, y el Betis tan sólo concedió un disparo a puerta con peligro –Adrián Marín y Adán desvió con los pies- a diez minutos del final. Además de tener las suyas, claro: un disparo raso de Kadir, tras una contra conducida por Fabián, que se marchó un poco desviado; y otro de N’Diaye, desde larga distancia, al que no le faltó mucho para haber sido gol.

Al final, un cero a cero que ha dejado un excelente sabor de boca en las filas verdiblancas, casi más que por el punto en sí por las notables sensaciones exhibidas; mientras que el segundo “submarino amarillo” –el primero, mal que pese en Villarreal, siempre será el Cádiz- quiebra su racha de triunfos y ve cómo el Celta se le acerca un poquito –a seis puntos- en la lucha por la cuarta plaza.

Ahora viene el Madrid al Villamarín, que es casi como si te visitase el dentista para la consulta; pero después, en Anoeta, el Betis –probablemente ya confirmado el inquilino del banquillo- tendrá su siguiente prueba para ratificar que vuelve a ser el equipo sobrio y serio que, al menos para los choques de fuera, logró armar Mel en el primer tramo de la temporada. Eso sí, a ser posible con Rubén Castro “enchufado” de nuevo… o con un delantero más de cierto nivel en la plantilla que sumar a él y a su socio Molina, este año de capa caída.

(IMAGEN: MARCA.COM)

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