Desde la butaca…Línea Mortal, por Javier Campelle

   En esta ocasión hacemos una pausa en la nostalgia televisiva que repasábamos últimamente en el sillón, para volver a la butaca, y en este caso, al videoclub, ¿Por qué, diréis, asocio esta película con tal lugar?, la explicación es sencilla, durante décadas (hoy en día, por desgracia, mucho menos, cosas de las nuevas tecnologías),estos locales eran una especie de santuario para los cinéfilos donde podíamos encontrar, desde productos descacharrantes que iban de la serie B a la serie Z, y que aun así, muchos veíamos, y no lo neguéis, que todos nos hemos tragado películas de Seagal, Van Damme, Chuck Norris y otros, semana sí, semana también, hasta películas de las llamadas directas a video, que llamábamos, donde a veces nos encontrábamos alguna sorpresa que otra (a este apartado habría que dedicar un articulo entero) y otras veces, como el caso que hoy nos ocupa, aquellas películas que, por la razón que fuera, no habíamos visto en el cine y las recuperábamos en formato casero, llevándonos de paso, una gran sorpresa.

   Reconozco que, cuando se estrenó en cines, me despertó cierta curiosidad, pero no me llamó la atención lo suficiente como para hacerme pasar por taquilla, de hecho, pasado un tiempo, ni me acordaba de la película, pero, un fin de semana, gracias a la recomendación de la dependienta de mi videoclub habitual, cayó en mis manos, y ahí el tema cambió…y vaya, si cambió.

   Línea mortal es una producción de 1990 dirigida por Joel Schumacher, director irregular donde los haya, lo mismo  te dirige un clásico de los 80 como Jóvenes Ocultos (aunque vista hoy en día….uff), o producciones notables como Un día de furia, Ultima llamada, Tiempo de matar, o Asesinato en 8mm, como también es capaz de semejantes destrozos como El numero 23, o la más reciente Bajo amenaza (de Batman y Robin no quiero ni hablar, prefiero olvidar que se rodó).

   En los papeles principales encontramos nombres tales como Julia Roberts (en plena explosión, justo después de haber estrenado Pretty Woman), Kiefer Sutherland, actor habitual en la filmografía de Schumacher, y desde hace unos años, más conocido en el mundo televisivo por el papel de Jack Bauer en la serie 24, Kevin Bacon, actor que ha conseguido grandes papeles en films como JFK, Homicidio en primer grado, o la impresionante Mystic River, y que también está de actualidad televisiva debido a la serie The Following, también en el reparto está William Baldwin, un actor que prometía muchísimo en sus principios, con intervenciones muy notables en Llamaradas o Asuntos sucios, pero con fracasos como Acosada o Caza legal, su carrera se estancó y desde entonces deambula en producciones de muy baja calidad, y finalmente, completando los papeles principales está un secundario muy habitual en el cine de las últimas décadas, Oliver Platt,(2012,Los tres mosqueteros, Dr. Doolittle) cumpliendo casi siempre como contrapunto cómico.

   Vamos con el argumento, un grupo de estudiantes de medicina intentan demostrar los sucesos que ocurren una vez cruzado el umbral de la muerte, por lo que deciden experimentar ellos mismos, por lo que, en un ejercicio de riesgo extremo, se monitorizan, y por medio de métodos químicos y médicos se provocan un paro cardiaco y cerebral, para conseguir en el monitor la línea plana que demuestre el fallecimiento (de ahí el título original de la película, Flatliners, más acertado que el que pusieron en nuestro país). Una vez hecho esto y pasado un breve espacio de tiempo, proceden a la reanimación del “cadáver”, y, posteriormente analizan la experiencia por parte del sujeto experimental. En el primer intento, alcanzan el éxito, lo que anima al resto del grupo a unirse a la experiencia, con distintos resultados en cada caso y dando lugar a experiencias cuanto menos, inquietantes con consecuencias imprevisibles.

   Esta propuesta, que en un principio, sería una base interesante para una película de terror, aquí, se convierte en una interesantísima reflexión, no solo sobre la vida y la muerte, también, y creo que es uno de los puntos fuertes de la cinta, nos hace un estudio interesante sobre la culpa, la redención, y las consecuencias que pueden llegar a alcanzar actos, a simple vista triviales, o incluso realizados en la más tierna infancia, me explico, las experiencias que viven los protagonistas mas allá de la vida, son una especie de recuerdos que tienen un marcado componente karmico, digamos, son actos que en su momento crearon unos acontecimientos que necesitan ser reparados de una forma u otra, sino las consecuencias les afectarán en sus vidas incluso de forma definitiva, (genial el “castigo” que recibe el personaje al que da vida William Baldwin), pues, en el momento en que el grupo empieza a estudiar cómo solucionar sus casos particulares, a buscar su culpa y la forma de redimirse, es donde el guión alcanza los niveles más altos, por encima de los momentos de susto y sorpresa, que también los hay.

   En resumen, una película muy interesante, que ha aguantado muy bien el paso del tiempo, y que, como mínimo, os mantendrá pendientes de ella durante la hora y tres cuartos que dura, no os arrepentiréis, además, los fans de Julia Roberts (entre los que me encuentro) no tienen excusa, tanto por lo guapísima que sale, como por el papel que interpreta, con una de las resoluciones más emotivas de la película.  

Esperando que hayáis encontrado esta recomendación útil y amena, me despido hasta la siguiente visita, en esa ocasión, al sillón para seguir dando un repaso nostálgico a la televisión de las últimas décadas, tocarán los años 90, una década muy interesante, no os lo perdáis, hasta entonces, un saludo.