Definiciones

Alberto Gil / Crónicas del Pueblo

Buñuelo es el rico manjar que sabe a ti, cuando está relleno de la nata que pinta tu sonrisa con la luz de la pureza.

Canguelo es lo que siento cuando sé que estás airada y en lo único que piensas es en arrasar con todo lo que cabe en el mundo.

Corezuelo es mi piel de cochinillo enamorado, que al asarse en el fuego de tu cintura se tuesta para crepitar ante el mordisco de tus tentadores dedos.

Duelo se llama el lacerante cuchillo que desgarra mi alma cada vez que te marchas a caer en los brazos del otro.

Liñuelo es el cabo de esa trenza con que recoges tu melena cuando quieres ponerte la pinta de provocativa colegiala.

Pañuelo es tu piel perfumada de nardos que por cuya suavidad y tersura empapa mis lágrimas de soledad convirtiéndolas en rocío de mi felicidad.

Portichuelo es el suave puerto de tus tobillos que me atrevo a ascender para llegar a la encumbrada cordillera de tus caderas.

Señuelo es guiñarme tus ojos para que me acerque confiado a ti para que, haciéndolo, caiga en tu red de embustes y promesas que nunca cumplirás.

Tajuelo es ese banco pequeño y rústico de madera en el que me derrumbo después de tus ausencias y silencios.

Tontuelo me pongo cuando me miras coqueta y me besas con tus labios que son el ensueño de mis sueños.