
Buscar trabajo a partir de los 40
23.02.2014 20:37Tener 40 años y buscar trabajo se puede convertir en una aventura, como aquella de Indiana Jones y la ultima cruzada.
Desde que empiezas a redactar tu curriculum y repartirlo por todos los almacenes, polígonos industries, y comercios en 50 kilómetros a la redonda de tu localidad, hasta que terminas ofreciéndote cual prostituta.
--Creo que estoy capacitado--
--No me importa echar horas--.
--Tengo disponibilidad absoluta--.
--A mi no se me caen los anillos por hacer eso--.
Cualquier frase es buena, para demostrale al Señor Empresario, que estamos dispuestos a trabajar mucho cobrar poco, y quejarnos nada.
Todo es una aventura, la ilusión con la que te levantas, el miedo con que te ofreces, la desesperación
cuando empiezas a vislumbrar en la cara de ese que esperas, que sea tu salvador , la indiferencia, y el desdén a tu experiencia y capacitación para ese puesto de trabajo, antes de decirte que no eres lo que están buscando.
Entonces es cuando empiezas a percibir la realidad, su realidad. Tú con 40 años, con una salud perfecta, con tus ganas de sentirte útil, tu experiencia, profesionalidad, compromiso y seriedad. TÚ, estas, desahuciado para encontrar trabajo.
No importa lo bueno que seas, no importa la cantidad, ni la calidad de tu trabajo, no importa que tu deseperación te lleve a rebajarte hasta perder la dignidad, por un puesto que necesitas para sentirte útil, pero sobre todo para seguir viviendo. Solo importa que tienes 40 años.
Pero no., no es verdad, sabemos trabajar, tenemos experiencia, sabemos comprometernos con nuevos proyectos, con nuevos retos. Somos jóvenes con mucha experiencia.
Es imprescindible que nuestros jóvenes, alcancen una estabilidad laboral, que poco a poco puedan alcanzar la experiencia que tenemos esos otros jóvenes un poco mas mayores, que empiecen a tomar el timón de nuestra sociedad.¿ Pero quien les enseñara?.
Recuerdo mi primer trabajo, aun no podía llamarlo asi, trabajo. Yo estaba allí para aprender .
Enrique, tendría sobre 45 años, él era maestro. No solo me enseño a trabajar, me enseño un oficio, me enseño a comprometerme, a amar mi trabajo, me enseño a ser un profesional.
Recuerdo sus brocas, sus “pescozanes”, su “ niño ve y trae eso”. Pero sobre todo recuerdo la admiración que sentía al verlo trabajar, su maestría manejando las herramientas. Ese joven de 45 años me trasmitió sus valores y sus conocimientos cuando aun era prácticamente un niño, y sin pedir nada a cambio solo lo consideraba una de sus obligaciones.
Gracias, Enrique.
En una sociedad, donde cada día buscamos ser mas longevos, donde día si, día también nos dan mas esperanza de vida. No podemos consentir que nuestra vida laboral, termine a los 40.
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