Apuntes de una espectacular Supercopa de Europa

12.08.2015 19:08

Víctor Díaz / Foro Deportivo

La temporada, tanto para el fútbol español como para las competiciones europeas en general, no ha podido comenzar de mejor forma, con la que unánimemente ha sido calificada como la mejor Supercopa de Europa de la historia. O, al menos, como la más espectacular, de largo. 
 
Un partido, el de anoche, espectacular donde los haya, disputado entre un Barça imperial como suele ser, mientras que le duró el fuelle -o hasta que le traicionó la cabeza-; y un Sevilla, como casi siempre desde hace una década, competitivo y persistente hasta el final, incluso cuando todo parecía perdido para ellos.
 
Encuentro de heroico desarrollo decidido, además, por uno de los jugadores más regulares en su rendimiento y eficacia desde que Guardiola le hiciera debutar con el primer equipo del Barça en 2009, don Pedro Rodríguez Ledesma, en el que probablemente haya sido si no su último sí uno de sus últimos encuentros con la camiseta azulgrana.
 
Su marcha parece irremediable, y es lógico y lícito que así lo quiera, porque el tinerfeño anda a la búsqueda de los minutos que le seguirá restando la "MSN", y que  le permitan, entre otras cosas, tener opciones de continuar en las listas de la selección española de cara a la próxima Eurocopa; mas para el Barça sería una faena. El club, empezando por su nuevo director deportivo Robert Fernández -"Roberto", a secas, cuando era futbolista, para los que comenzamos a ser un poco veteranos- debería intentar como fuese convencerle para que permanezca esta temporada en la que el Barça no va a poder contar con fichaje alguno hasta enero. Además, dudo muy mucho que vaya a encontrar en el mercado a un hombre como Pedro, que siempre aporta goles y acciones decisivas juegue más o menos minutos.
 
Messi, en compensación de la defensa
 
No obstante, el verdadero crack volvió a ser el de siempre, Leo Messi, que ha comenzado la temporada con las mismas ganas y la misma hambre con la que terminó la pasada, y que apunta ya como casi único candidato al Balón de Oro FIFA, su quinto. Sólo él es capaz de coger el toro por los cuernos después del imponente inicio sevillista y voltear en un visto y no visto, con dos magistrales tiros libres directos, la ventaja que el Sevilla había adquirido gracias a la habilidad de un compatriota suyo, Banega. 
 
Y sólo él, en la prórroga y pese a la lógica falta de fuerzas por mor de los pocos entrenamientos que tiene en sus piernas, es capaz de llevar a su equipo a la victoria forzando la falta que, con clarísimo penalti previo de la barrera, tiraría y daría origen al gol de Pedro. Messi en estado puro, la única carta ganadora al 100% que hay actualmente en el mundo del fútbol a poco que sus compañeros aporten mínimamente.
 
Cosa que no se puede decir, precisamente, de la línea defensiva barcelonista: una verdadera escopeta de feria personificada anoche especialmente en la figura de Mathieu, pero extensible a todos ellos. La falta de acople o, dicho directamente, la ineficacia defensiva también contribuyó lo suyo al espectáculo. Ineficacia defensiva en general, propia de dos equipos que aún, como todos los demás de nuestra liga, se encuentran en construcción.
 
Porque no sólo fallaron los zagueros del Barça, aunque a ellos se les viera mucho más. La retaguardia sevillista, entre la salmonelosis de alguno de sus miembros y el poder atacante culé pese a la ausencia del enfermo Neymar, también nos regaló errores de bulto en el tercer y cuarto gol. Y es que no podemos olvidar que, pese a que ya había un título oficial en juego, a efectos prácticos aún nos encontramos de lleno en plena pretemporada.
 
Sevilla: sello y competitividad
 
Pero, ahora con respecto al Sevilla, sin duda todos debemos quedarnos con que, a pesar del habitual relevo de jugadores importantes que ha experimentado el club, el sello y la competitividad se sigue manteniendo. Hay muy pocos equipos que, perdiendo 4-1 a falta de media hora, lleven al mejor equipo del mundo a una prórroga en una final europea; mas este Sevilla, pese a la pobre imagen dada hasta antes de anoche en la pretemporada, se ve que tiene mimbres para hacer, de nuevo, un gran curso futbolístico.
 
Ha vendido a Bacca, sí; pero en su lugar está Immobile, un delantero de nivel internacional con Italia que, vaya usted a saber por qué, no llegó a cuajar en el Dortmund. Sus 25 años aún le dan mucho margen para reivindicarse, y eso que disfrutarán por el barrio de Nervión. Vean si no la jugada del empate a 4.
 
Tampoco está Aleix Vidal, baja en el otro bando por la -exagerada- sanción de la FIFA al Barça; mas ahora Konoplyanka podrá suplir el trabajo del catalán con igual o superior brillantez, y con más versatilidad. El ucraniano es un jugador que me gustaba ya de antemano, pese a que sólo le había podido ver dos partidos completos antes de su llegada al Sevilla: contra España "in situ" -a finales de marzo en el Sánchez Pizjuán-, y contra los sevillistas en la final de la última Europa League.
 
En ambos, fue el mejor de sus respectivos equipos -la selección ucraniana y el Dnipro, respectivamente-; y ayer, en los minutos que estuvo sobre el césped del estadio de Tblissi, mostró algunas gotas de su elegancia a pierna cambiada y de su llegada al segundo palo, como en el 4-4. 
 
Y aparte de ellos dos está Rami, líder de la defensa valencianista hace años con Emery; o el nuevo lateral brasileño Mariano Ferreira; o en francés Nzonzi, aunque a este último no pudiéramos verlo ayer al ser la víctima de la salmonelosis que, según dicen, estuvo a punto de dejar de baja a medio Sevilla.
 
Resumiendo: ambos clubes tienen motivos para estar más que satisfechos: el Sevilla, por su -inconclusa- mega remontada y por la imagen ofrecida; y el Barça, por estar, yendo a medio gas, un pasito más cerca de repetir el histórico 6 de 6 de 2009
 
Y, con el debido respeto al Athletic -Supercopa de España- y a River Plate -a priori máximo rival en el Mundial de Clubes-, esta espectacular Supercopa de Europa, por la entidad presente del rival, era, teóricamente, el título más difícil de los tres que le restaban para lograr la hazaña por segunda vez en su historia... y en la historia del fútbol, en general.
 

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