
Alonso y el ejemplo de Prost
28.09.2015 22:03Víctor Díaz / Foro Deportivo
Fernando Alonso está harto de la flagrante escasez de potencia que desprenden los motores que Honda lleva suministrando a McLaren desde que comenzara la pretemporada.
A pesar de que el asturiano se mostró un poco más suave tanto con los medios como en su cuenta de Twitter al finalizar el GP de Japón, las palabras transmitidas por radio a los ingenieros de su equipo durante la carrera en la casa de Honda dejan bien a las claras de que su paciencia está comenzando a llegar al límite.
Y es normal, porque aunque todos sabíamos que McLaren ni mucho menos iba a ganar carreras en la primera temporada de su segunda etapa con el motorizador japonés, tampoco esperábamos para nada que la histórica escudería británica iba a estar, a cinco citas del final de la campaña, casi tan mal como al principio, lo que es una pésima señal de cara a 2016.
Por desgracia para él, el enorme talento que sigue poseyendo Alonso como piloto no se ha visto acompañado, desde su anterior año en McLaren, de un especial tino a la hora de elegir los equipos donde recalar para buscar su tercer título mundial. El último cambio a peor -al menos a corto/medio plazo-, el más reciente: regresar a Woking desde Maranello, con una alianza gloriosa en el pasado pero inquietante como mínimo desde sus inicios, mientras que en Ferrari al menos ya vuelven a cosechar victorias parciales.
Prost y su año sabático
Quizás Fernando debió haber tomado ejemplo de lo que el “Profesor”, Alain Prost, hiciera hace dos décadas. Prost, tricampeón mundial en los 80, salió de McLaren en 1989 por las ya celebérrimas desavenencias tanto con Ron Dennis como con Ayrton Senna, y se marchó a Ferrari donde, en dos temporadas, no sólo no pudo conquistar su cuarto campeonato sino que, además, en la segunda de ellas se encontró con un coche que casi no corría ni para atrás, algo similar a lo que le ocurrió a nuestro piloto al final de su etapa italiana.
¿Qué hizo el francés, al abandonar Maranello? Consciente de que los asientos de las principales escuderías estaban ya ocupados, Prost decidió en 1992 tomarse un año sabático, dejar de pilotar para ir moviendo sus hilos de cara a asegurarse el mejor volante posible para 1993, y lo encontró. Nigel Mansell, el “León” inglés, se había marchado de Williams después de haber ganado de calle el título mundial pilotando la auténtica joya tecnológica y competitiva que la escudería británica, con el mítico Frank Williams a la cabeza, había diseñado en aquellos años, en alianza con Renault.
Mansell se fue porque Sir Frank no accedió a pagarle el aumento de sueldo que pedía… y allí estaba Prost para ocupar su puesto, en el equipo al que todos habrían deseado ir en aquellos momentos. El francés, a sus 37 años, conquistó en el 93 su cuarta corona y, acto seguido, se retiró, poniendo el colofón más brillante posible a su carrera.
No quiero decir que el año sabático “activo” sea, en los tiempos actuales, necesariamente la mejor solución para el futuro inmediato de un ya veterano Alonso, pero a veces es mucho mejor dar un paso hacia atrás para terminar dando dos hacia delante. Como en su momento hizo Prost.
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