A grandes males, grandes excusas
08.12.2015 11:09Manuel P. Abascal / Foro Deportivo
El Madrid eliminado de la Copa, nada nuevo a estas alturas. De todos es sabido que se amparará en su legítimo derecho a defenderse en la última “Cherygota”. Algo que por otra parte empieza a ser costumbre en un club que en sus 113 años de historia está poco dado a ello, salvo desgraciadamente, en los últimos tiempos.
Ver salir a Florentino Pérez a la palestra una semana si y la otra también a defender los intereses del club para acabar achacando todos los males a persecuciones de la prensa empieza a ser un discurso ya muy desgastado a estas alturas. Demasiados fuegos que apagar en los últimos meses.
Un club modélico hasta no hace tanto que sin embargo, se está mal acostumbrado a echar balones fuera con una asiduidad inusitada e insultante, a despejar dudas de su “inocencia” alegando culpas al empedrado, la culpa siempre es de la malicia de otros y nunca del club, buscando fantasmas donde no los hay sin ningún tipo de decoro, trasladando toda la responsabilidad de sus continuos errores a todo lo ajeno al club. Una institución centenaria con nula capacidad de autocrítica.
El mandato de Florentino Pérez está salpicado de devaneos institucionales que manchan una imagen marcada por una serie de valores humanos levantados durante toda una vida de éxitos marcados a fuego siendo un referente en el concierto intercontinental.
Desde hace ya algunas temporadas las malas noticias y su pésima gestión salpican el “Florentiniato”: la falta de tacto y decoro en las despedidas de hombres que marcaron una época en el madridismo como Guti y en especial, Raúl (que tuvo que irse a Alemania a tener una despedida digna del jugador emblema que fue) y Casillas (cuya salida “pactada entre las dos partes”, fue un proceso de desgaste y falta de defensa de un jugador que llevaba en el club desde los 13 años). La destitución de Ancelotti, un entrenador que si bien es cierto llevaba tras su espalda un año en blanco, contaba con el respaldo de la plantilla y el beneplácito de la hinchada, apostando por la contratación arriesgada de un entrenador cuyo mensaje es frío y que, por el momento, no ha calado ni en la plantilla ni en la afición. El “no fichaje” de David De Gea. La inconcebible plaga de lesiones musculares. El farragoso “caso Benzema” y su posible acoso-chantaje a un colega de selección (ojito derecho del presidente). El 0-4 ante el eterno rival. Y finalmente, el espinoso suceso de Copa que puede tumbar al Madrid en los despachos a las primeras de cambio. El vacío de poder existente entre su figura y la del entrenador, todo fiado a su dudosa capacidad para gestionar la confección de una plantilla, con una inversión económica realmente astronómica para el pobre bagaje en títulos (1 liga en 7 años).
A todo este compendio de “sin sentidos” se le suma un hecho irrefutable: el discurso de Florentino Pérez ya no convence, es sin duda, el discurso del dirigente desgastado por el tiempo que no acepta la responsabilidad de sus errores y que ha hecho de la institución legendaria un lugar donde quedarse y llevarlo a la deriva.
Un club que era venerado por todo el concierto futbolístico y ahora parece a tenor de los acontecimientos a echar por tierra toda la imagen que tanto se tarda en construir a pasos agigantados. Una institución sin igual comandada por un presidente que acostumbra a poner semana tras semana y ante la voz pública, a grandes males,… grandes excusas.
(FUENTE DE LA IMAGEN: elconfidencial.com)
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