
Soy afortunada
03.09.2015 09:33Almudena González de Sande / Crónicas del Pueblo
Soy afortunada, pequeño, porque yo no tuve que explicarte por qué lloraba cada día, por qué no había comida en el plato, ni por qué una noche huímos corriendo a embarcar en un ataúd rumbo a la oscuridad.
Soy afortunada, niño mío, porque no tuve que emprender el viaje hacia la nada, apretándote entre mis brazos, intentando no temblar de miedo para que tú no te asustaras.
Tuve mucha suerte, sí, no viví el momento de perderte entre las olas, de gritar tu nombre al inmenso océano pidiendo que te devolviera a mis brazos.
La vida me sonríe, porque yo no escapé de la nada para encontrar una nada aún peor, una tan grande y dolorosa que todo lo absorbe y todo lo arrasa, una nada inmensa que se alimenta de la indiferencia de los afortunados.
Pero no tuve suerte en algo, no te vi llegar jugando y sonriendo a esa playa que anunciaba tu futuro, ya no podré conocerte ni cruzarme contigo por la calle ignorando que eres tú.
No podré ver tu triunfo, te ganaron la batalla las frías olas, perdiste una guerra que ni siquiera sabías que librabas.
Mi culpa y mi tormento vigilan hoy tu sueño.
Duerme tranquilo, pequeño, tu alma ha llegado a puerto.
—————