
Que los dioses nos pillen confesados
18.03.2016 16:44Ramón Buitrago / Crónicas del Pueblo
El problema no es ¿cuantos te tocan a ti? o ¿cuantos me tocan a mí? El problema es mucho más profundo es un problema nuestro de nuestras conciencias, de nuestras almas.
De qué sirve todas esas organizaciones con siglas en mayúscula, que se nos llena la boca al nombrarlas y que te das cuenta que no sirven para nada.
Si no somos capaces de solucionar el tema de los refugiados, si vamos a ser capaces de dejar a niños morir de hambre de frio, si permitimos que vivan en tiendas de campaña con barro y fango hasta las rodillas que el Dios de cada uno nos pille confesados.
No es un problema de cuotas, no es un problema de números, es un problema de personas, de niños en condiciones infrahumanas, de niños que pueden morir mientras se discute donde es más conveniente que mueran si en tu territorio o en el mío.
Si, por supuesto un solo país no puede solucionar el problema, por supuesto que un solo país no tiene capacidad de acogida o capacidad para solucionar el problema en origen, pero estamos hablando de LAS NACIONES UNIDAS, estamos hablando de todos los países, de las primeras potencias en economía, en armamento, en recursos. ¿Y no son capaces de ponerse de acuerdo?
¿Y no son capaces de buscar la solución?
Estamos hablando de cientos de miles de personas que no sabemos qué hacer con ellas, estamos hablando de personas que huyen de la guerra, que pueden morir.
Esto bajo mi modesta opinión es un problema de Origen de solucionar en su país, nadie debería que tener que huir de su pueblo, de su casa, de su país y sin embargo estamos consintiendo no solo la masacre sino también la lenta agonía de niños y adultos mendigando un lugar donde no ser masacrados.
Si todas las naciones unidas, si toda Europa unida, si toda la humanidad unida solo somos capaces de mirar a otro lado y de intentar pasarle el problema al país vecino. Pues eso que todos los Dioses nos pillen confesados.
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