
No te quiero a mi lado
15.11.2015 20:14Ramón Buitrago / Crónicas del Pueblo
Me da igual cómo me llaméis, me da igual lo que penséis de mí, y me da igual si a partir de ahora me señaláis con el dedo.
No quiero más inmigrantes musulmanes en mi país, no quiero más musulmanes en Europa. Si estoy seguro que todos no son yihadistas, estoy seguro, que no todos son iguales, pero si ellos aún no han dado un paso adelante, condenando los asesinatos, señalando a los asesinos, demostrando que ser musulmán no es sinónimo de odio, de resentimiento, de fanatismo, no voy a ser yo quien los diferencie, quien los defienda.
Vivo en un municipio, donde la mitad de los empadronados, no son españoles, y de ellos un alto tanto por ciento son de origen árabe, con sus mezquita, con sus costumbres, con sus ritos, permitidos y asimilados en sus trabajos, donde les permiten el Ramadán, que sus días festivos, se ausente de sus puestos, aun si coincidir con las festividades españolas, y ni uno solo de ellos asistió al acto de repulsa por los atentados de París.
Aun, hoy en día, después de todo los visto, después de miles de víctimas inocentes, en nombre de la religión, hay quien encuentra excusas para justificar esa barbarie, para justificar, el asesinato a sangre fría de cientos de personas inocentes.
Me da igual, el pasado, me da igual los motivos que aleguen para este goteo incesante de muertes y me da igual en nombre de quien asesines. Simplemente no eres humano, no eres persona, no mereces mezclarte con nosotros, no mereces vivir con nosotros.
No, no te quiero aquí, no te queremos en una civilización, que te damos cobijo, que nos preocupamos por tus necesidades, por las necesidades de tus hijos, que procuramos que tú y tus hijos tengáis una educación, una formación para poder prosperar, para que podáis vivir mejor, nos preocupamos y exigimos que tengáis una vivienda digna, que os podáis vestir y alimentar, incluso sin compartirlo y sin que vosotros hagáis lo mismo en vuestro países, permitimos vuestras costumbres, vuestra religión, permitimos que edifiquéis templos para vuestro rezos, que sigáis vistiendo según vuestras costumbres y amoldamos nuestras costumbres, nuestros centros de enseñanza, nuestros hospitales para que podáis sentiros cómodos, quitando signos propios de nuestra religión, y festejos tradicionales con tintes religiosos que os puedan ofender, hemos modificado los menús de colegios y hospitales, para que podáis comer según vuestros ritos. Y vosotros nos pagáis con muerte, nos pagáis matando, a nuestros hermanos, a nuestros amigos.
A mí, ya me habéis hecho llegar al límite, mientras no pueda estar seguro, que mi vecino ese que me dice “Hola amigo” ese que me sonríe y pone cara de servicial cuando paso a su lado, no está pensando en matarme, en matar a mis amigos, a mi familia, mientras no pueda estar seguro.... No lo quiero a mi lado.
—————