Gaspar, saluda a mi padre de mi parte

07.03.2016 12:16

Víctor Díaz / Foro Deportivo

Ayer el mundo del periodismo deportivo se tiñó de luto. Gaspar Rosety, el mejor narrador que ha dado este país –al menos de los 80 para acá- y un tipo al que se veía bien afable, se nos fue merced a las secuelas causadas por el golpe en la cabeza sufrido el pasado jueves, tras una desgraciada caída.

Una pérdida irreparable, por mucho que hiciera tiempo que su voz no sonara con regularidad merced a su dedicación a otros menesteres dentro de la Federación Española de Fútbol, para la que trabajaba desde 2009.

Como otros tantos aficionados al fútbol y a la radio, y como otros tantos que soñábamos con poder ejercer este bendito oficio tan denostado y denigrado en los últimos años, yo crecí siendo, junto a mi padre, un fiel oyente de José María García desde finales de los 80, allá donde estuviese. Y con él, a ese torrente de voz, ese dechado de creatividad en sus comentarios que, jornada tras jornada, destacaba sobremanera en el carrusel radiofónico dirigido por el gran mito de la radiodifusión en España.

Voz mayoritariamente aplicada a los partidos del Real Madrid, es cierto; pero también a la selección española y también a otros grandes partidos, como las finales europeas jugadas por los equipos españoles así como, en ocasiones, grandes clásicos de nuestro fútbol como los Betis-Sevilla. Aún recuerdo aquel partido, en la temporada 94-95, en la que tanto uno como otro se jugaban entrar en la UEFA, y que acabó con victoria bética por 2-1 con el histórico gol de Juan el "Vaquerito" Sabas.

Precisamente con un derbi en el Villamarín, allá por 1997 (3-3), se estrenó Gaspar Rosety en Radio Voz, después de quince años con García entre Antena 3 Radio y la Cadena Cope. Con él vivió sus años de mayor popularidad, y de él –a quien tanto quería pero con quien también tuvo lógicos desencuentros- se despidió con un sentido mensaje de agradecimiento. Luego vendrían Onda Cero –antes de la llegada de García-; colaboraciones más o menos habituales en Marca y Telemadrid; su etapa dentro del gabinete de prensa del Real Madrid –del que salió tras la segunda llegada de Florentino Pérez-; y la Federación. No pudo cantar las victorias de España en el Mundial y las dos Eurocopas, pero tengo por seguro que las disfrutó como un verdadero niño.

LOS "CUERNOS" DE SAN LÁZARO

Como oyente, tengo multitud de recuerdos de goles cantados, y de anécdotas por su parte. De lo primero me quedo, por razones obvias, con el que se puede ver en el vídeo; mientras que de lo segundo, sin dudarlo, me quedo con una anécdota genial que solía recordar mi padre: un 19 de marzo, en un determinado partido, había un espectador próximo a la cabina de prensa de la Cope que no estaba nada de acuerdo ni con lo que estaba sucediendo sobre el césped ni con la forma que Gaspar tenía de contarlo.

El susodicho espectador no encontró otra manera de hacérselo ver que alzando, al mismo tiempo, los dedos índice y meñique de una de sus manos, a lo que Rosety expresó en antena lo siguiente: “¡El público se enfada, señores; veo un espectador que me está enseñando LOS CUERNOS; pues bien, señores, yo le muestro MI CORBATA, porque también me gusta enseñar LO QUE MI MUJER ME HA REGALADO POR EL DÍA DEL PADRE!” Hace algunos meses, ya siguiéndole yo a través de Twitter, mi padre quiso saber si él recordaba aquello; así que yo le transmití la pregunta y él, todo amabilidad y seguro que con una sonrisa en la boca, tuvo a bien contestarme que por supuesto, y que aquello ocurrió en el estadio Multiusos de San Lázaro, la casa de la S.D. Compostela que, entre 1994 y 1998, nos acompañó a todos en una histórica andadura en Primera División.

Ahora los dos, tanto él como mi padre, están en el más allá, en la otra vida. Y a mí no me queda otra que decirle que le mande un fuerte abrazo de mi parte a quien, como yo, fuera en vida un extraordinario admirador suyo. Seguro que, allá donde estén, tendrán numerosas ocasiones para recordar no solamente la anécdota de San Lázaro sino, también, multitud de partidos, de jugadas, de goles… y yo, que no les quepa duda, siempre estaré recordándoles. Porque los grandes hombres, en verdad, nunca llegan a morir del todo: solamente una parte, la meramente física.

DESCANSE EN PAZ DON GASPAR ROSETY.

—————

Volver