Desde el sillón…¿Qué pasa con Los Simpson?, con Javier Campelle

15.07.2014 23:48

    De nuevo me siento en el sillón para centrarme en el medio televisivo, pero esta vez, voy a dejar de lado las reseñas para centrarme en una reflexión sobre un producto que, tras tanto tiempo en emisión, forma ya parte importante de nuestra cultura televisiva, me refiero a la producción de la Fox, Los Simpson, que lleva entre nosotros, nada más ni nada menos que veintiséis temporadas. Hacer una reseña de la serie a estas  alturas sería poco menos que absurdo, puesto que, prácticamente todos hemos visto en algún momento un episodio y conocemos sobradamente  tanto los personajes, como las tramas, y mas, con la forma de programarla en nuestro país, y de ahí es de donde parte esta reflexión, aunque, la serie llega al publico de forma masiva, ¿hasta qué punto se ha transformado la esencia del producto?.

    Los Simpson es una comedia americana en la que encontramos referencias constantes al mundo de la política, del espectáculo, del deporte, etc., con un tono satírico y un humor negro muy peculiar, lo que provoca que, en un principio, se considere como serie de animación para adultos, pero el éxito conseguido en USA  acaba convirtiéndola en un producto familiar, ¿qué es lo que ocurre a partir de ahí?, muy sencillo, el mundo de la televisión , como el del espectáculo en general no deja de ser un negocio, y la finalidad de todo negocio es ganar la mayor cantidad de dinero posible, ahí es donde aparece nuestro amiguito, el marketing, y empezamos a ver por todas partes camisetas, figuritas, peluches, juguetes, juegos de mesa, videojuegos, etc. Si a esto la añadimos el hecho de que, en muchos países, incluido el nuestro, a la hora de comprar y programar la serie se busca una orientación al público familiar, si, pero favoreciendo los horarios para hacerla accesible a los más pequeños de la casa, se consigue que, la opinión mayoritaria sea el considerarlo como producto infantil, algo alejado del planteamiento inicial de sus creadores.

    Independientemente del hecho de que sea o no conveniente que los niños vean esta serie (aunque, seamos realistas, peores cosas emiten en horario protegido) hay ciertas virtudes que mencionar al respecto, los guiones, para empezar, y el hecho que cada capítulo este escrito de tal modo que un niño pueda verlo y divertirse sin necesidad de entender la mitad de los chistes y referencias que en él se muestran y que un adulto entenderá perfectamente, os voy a poner un ejemplo, en el sexto episodio de la temporada 23, “El golpe literario”, que trata del intento de los protagonistas de escribir un best-seller juvenil hay múltiples referencias al mundo de la literatura fantástica (incluso aparece Neil Gaiman, célebre autor de novelas y comics de dicha temática ), un homenaje clarísimo a la película Ocean´s Eleven y, a la vez una crítica feroz a las novelas juveniles del estilo Crepúsculo, pues bien, en mi caso, yo entendí todas las referencias y disfruté mucho, no, muchísimo, pero es que mis hijos, sin entender la mitad de las tramas, no pararon de reírse, y eso, no puede ser sino un logro. Otra de las virtudes que podemos mencionar es el doblaje, no solo en versión original, se puede decir que es uno de los productos con mejor trabajo de voces en nuestro idioma, de hecho hay muchas series punteras de hoy en día que ya quisieran estar dobladas como esta.

    Como  conclusión me gustaría lanzar una pregunta, ¿Vosotros, como aficionados a la televisión, conocéis muchas series que después de 27 años, no solo no quedan obsoletas, sino que se actualizan de tal forma que parecen un producto totalmente renovado, temporada tras temporada?, como diría Alex de La Iglesia en cierto anuncio, “Pues eso”, cuando algo funciona después de tanto tiempo, por algo será.

      Espero que encontréis amena esta reflexión que ha compartido con vosotros, hasta la siguiente visita a la butaca, os envío un saludo.

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