Definiciones

Alberto Gil / Crónicas del Pueblo

Arilo es esa envoltura de colores vivos que cubre las semillas del tilo pero que a mí semeja el vestido que tú vistes cuando vas de fiesta haciéndote deseable y plena de tentadora apariencia.

Asilo eres tú porque tú eres mi amparo y protección, haciendo de tus brazos mi lugar de seguridad y de tus ojos mi hogar de salvación.

Berilo es el material con que se construyen las esmeraldas de tus ojos y el aguamarina de tus mejillas.

Calofilo es ese árbol de hermosas hojas que da sombra a nuestros encuentros desde la distancia haciendo de ella fundida emoción.

Codicilo es mi verdadera voluntad, que dejaré antes de mi muerte, y que hablará de gratitud a la ilusión y luz que nunca se apagó en mí porque tú fuiste su mecha.

Estilo es lo que tú marcas con tus andares de espuma, tu creatividad de Musa y distinción de reina y señora.

Manilo es esa irrompible fibra de cáñamo a la que me aferro para no perderme en la noche de mi ceguera porque eres tú quien la conduce hacia la luz del Amor.

Pupilo quiero ser yo del maná de tus hospitalarios ojos para recibir el alimento de tus goces y la bebida de tus besos.

Sigilo es la caricia con la que tú estampas en mi piel el sello de la felicidad y el secreto que yo guardo de tus fantasías que sólo a mí me ha sido dado hacer reales.

  Zoilo es aquél que murmura de tus dones y critica tus saberes, maligno censurador de tus mágicos hechos que a mí consuelan y tanto ayudan.