Cataluña no paga impuestos
01.10.2015 19:23J.A. Martínez Herranz / Crónicas del Pueblo
Con frecuencia se afirma por los partidarios de la secesión (1) que Cataluña paga tantos o cuantos impuestos, pese a ser una falsedad, es una afirmación que se repite habitualmente en especial por la radio y televisión oficiales, se hace por ello necesario desde ya, destruir su posible apariencia de verdad.
Lo primero que ha de dejarse sentado es que no estamos en la Edad Media, estamos en el siglo XXI, no somos un reino de taifas que ha de satisfacer tributos a los reinos cristianos del norte, somos ciudadanos libres e iguales en un estado democrático y de derecho que contribuimos responsablemente a sostener las cargas públicas.
La base legal se encuentra en el art. 35.1 de la Ley General Tributaria que como se sabe establece: “Son obligados tributarios las personas físicas o jurídicas (sociedades)….”. Como se ve, entre nosotros pueden tener obligaciones tributarias las personas físicas o las jurídicas, en modo alguno los territorios.
Porque, del mismo modo que no es lícito afirmar que la tierra tenga una u otra lengua, la tendrá en su caso la población que se asienta sobre un territorio, tampoco es de recibo afirmar que un territorio paga tal o cual cantidad de impuestos, los pagan los individuos.
En relación con los impuestos satisfechos, se pueden hacer después los cálculos que se quiera pero con la clara conciencia de que se trata de eso, estudios, cálculos o especulaciones cuyo resultado dependerá lógicamente de quién los realiza o en que supuestos los basa.
Si lo hace un órgano independiente será más fiable que si lo realiza por ejemplo el Sr. Mas-Colell al que ya conocemos por su peculiar elaboración y presentación de las balanzas fiscales y la forma sui generis que tiene de cuadrar los presupuestos, en ese caso, el estudio será más cuestionable.
Se tratará en cualquier caso de un cálculo sujeto a supuestos en ocasiones muy controvertibles porque, por ejemplo, cómo sabemos dónde ha obtenido los beneficios por los que tributa el Banco de Santander que opera en Cataluña, en el resto de España y en cien países más, resulta, evidentemente un cálculo muy discutible que en absoluto permite las conclusiones que los soberanistas airean.
En suma, la existencia de estudios que pretendan agrupar a los contribuyentes por su residencia o cualquier otra circunstancia no puede hacernos perder de vista la verdadera naturaleza de los tributos que pagamos y de quienes lo hacemos porque, volviendo al principio, los impuestos los pagan siempre los individuos, no los territorios.
(1)Programa de Junst pel Si, pag. 19
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