
¿Y el día 26? Y ¿El 24?
31.10.2015 19:48Ramón Buitrago / Crónicas del Pueblo
Otra vez, y ya no sé, ya no llevo la cuenta, aunque estoy seguro que ya forma parte de las estadísticas, de los números negros de este país. Estoy harto, estoy cabreado, muy cabreado, siempre he dicho que nadie puede jamás, ni por ningún motivo, tomarse la justicia por su mano, que nadie puede ser juez y verdugo, pero hoy os juro, que si pudiese echar mano a alguno de estos Hijos de perra........
Una nueva víctima, una niña de poco más de 20 años, (aunque aún es secreto de sumario y no está catalogado como tal) y me da igual que haya sido el novio, el marido, o el amigo.
Si ha habido más. Mes a mes vemos como el número de víctimas aumenta, victimas que se convierten en estadísticas, estadísticas malditas, que deben acabar ya.
Esto actos inútiles (en los que llevo años participando) que solo sirven para limpiar nuestras conciencias, esos minutos de silencio, sobrecogedores, que nos hacen recordar a las victimas solo un minuto. Si, actos de repulsa, de hastió, de cabreo, actos para recordarle al mundo y a nosotros mismos que no queremos más víctimas, que no queremos más muertes.
El 25 de Noviembre será el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Y animo a todo el mundo a participar en ellos, en todos los municipios, en todas las ciudades tendremos un acto de repulsa en contra de estos..... Bueno dejémoslo en descerebrados.
¿Pero y el día 26? y ¿El 24? ¿Seremos capaces, de seguir consintiendo, que a esa vecina, que todos conocemos, a esa familiar que todos tenemos, se la siga maltratando?
Eso es precisamente, lo que no debemos consentir, porque si bien sabemos, que así es como se empieza, algún grito, un empujón después de una borrachera, humillarla, delante de amigos y familiares, nunca sabemos cómo va a terminar. Posiblemente como una víctima más en las estadísticas y algún titular en el periódico.
No nos tiene que dar miedo intervenir, tenemos la obligación de denunciar.
Por lo que he leído, por lo que me han contado de algunos casos que conozco y que gracias a la denuncia o simplemente la intervención de alguien no ha terminado en tragedia, hay muchas víctimas que aseguran, que lo peor, no es la muerte, que lo peor no es el final. Lo que resulta insoportable es la muerte en vida, el miedo a que se abra la puerta, el miedo a que llegue a casa, el miedo a que no sea a mí a quien pegue, que además de sufrirlo conmigo, además de arruinarles, la infancia, incluso la vida en algunos caso, sea a mis hijos a los que también empiece a levantarles la mano.
Hoy en día tenemos armas para combatirlos, al menor indicio, al primer altercado, a la primera señal. No lo dudéis, denunciar, bien sea a la Policía Local, Guardia Civil, Policía Nacional, Ayuntamiento, 016. Pero no dejemos que mañana tengamos que leer en un periódico, que nuestra amiga, vecina, hermana o aquella chica con la que coincidíamos en el súper ha sido asesinada a manos de la persona que más debía cuidarla, que más debía quererla.
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